lunes, 18 de febrero de 2013

~6.

- Liv - Jade llama a la puerta de mi habitación, dejo de leer El Código Da Vinci, de Dan Brown, y le sonrío. - ¿Podemos hablar?

Asiento y me cruzo de piernas en la cama. Ella cierra la puerta y se sienta conmigo. Nos quedamos mirando unos minutos y por fin empieza a hablar.

- Hace tiempo que no pasamos tiempo a solas - murmura, acariciando la colcha de mi cama.

- Sí - coincido, respirando hondo. He estado tan ocupada de Gerard, y de mí, que casi no le he prestado tiempo a mi hermana.

- ¿Recuerdas cuando éramos niñas? Jugábamos juntas a todas horas...

- Y veías los estúpidos dibujos infantiles por mí.

- Todos, todos - asiente, riendo.

Me acerco a ella y la abrazo. Me corresponde el abrazo y me quedo sentada a su lado. Empezamos a hablar de todo, con detalles. En realidad necesito estar así con mi hermana muchas veces al día para sentir que no estoy en deuda con ella. De verdad. Es tan importante para mí, que no sé qué haría sin ella.

- ¿Qué tal? - pregunta, mirándome fijamente. Sé a qué se refiere, y yo bajo la vista, suspirando.

- Como siempre - logro articular, sin atreverme a mirarla.

- Antes me contabas todo lo que te decía...

La miro y me encojo de hombros.

- Hablamos de ti - comento.

- ¿Sobre qué?

- De lo importante que eres para mí.

- ¿Soy importante para ti?

Asiento.

- La primera vez que fui a su consulta...

- Dime, Liv. ¿Quién es la persona a la que más quieres?

- ¿La que más quiero?

- Sí. La persona que sería tu único piñón fijo para no irte de este mundo.

- No creo que...

- Piensa - me interrumpe.

Suspiro y le doy vueltas a la cabeza. Hasta que la veo a ella.

- Mi hermana... - murmuro.

- ¿Cómo se llama?

- Jade.

- ¿Y cuántos años tiene?

- Diecisiete.

- ¿Cuatro años mayor que tú?

- Sí.

- ¿Y ella es la persona a la que más quieres?

- Sí.

- ¿Por qué?

- Porque siempre está ahí para mí, ¿sabes? No sé. Cuando estoy mal, ella me hace reír. Cuando estábamos lejos, cuando el divorcio de mis padres... ella me mandaba cartas cada semana. No importa que existiera el teléfono, ella me mandaba cartas. Y era genial, ¿sabes? Porque me emocionaba mucho siempre que mi madre me decía que tenía correo de Jade.

- ¿Cuánto tiempo estuvo fuera?

- Cuatro meses. Se fue con mi abuela. Cayó en depresión.

- ¿Por qué?

- El día en que mi padre... me tocó, ella estaba en casa también. Se quedó en shock, y aunque ella fue la que llamó a la policía y a la vecina de abajo para que me sacara de la habitación de donde me tenía retenida él, siempre pensó que si no se hubiera quedado traspuesta, habría llamado antes y... 

- Habría evitado el incidente.

- Así es.

- ¿Tú lo crees?

- No. Nadie habría actuado de una forma tan sensata como Jade hizo. Le debo el estar aquí. Y no sé si seguiría viva de no haber intervenido, haciendo esas llamadas. 

- Entiendo. ¿Entonces cayó en depresión cuando vio que era demasiado tarde?

- Era tarde para unas cosas, y pronto para otras.

- ¿Crees que ese día cambió algo?

- Sí.

- ¿El qué?

- Ese día mi hermana pasó de ser mi hermana, a la que quiero con todo mi ser, a ser mi héroe. 

- Nunca me habías dicho eso... - susurra ella, con lágrimas en los ojos.

- Tampoco habías preguntado... - contesto, sonriendo.

Me abraza y siento que todo está bien ahora. Que todo está en su lugar. Suspiro y me acurruco con ella en la cama, y seguimos hablando de todo. De Gerard, de Harry, de Alex, y de todas esas personas nuevas y no tan nuevas en nuestras vidas que nos la están haciendo un poquito mejor.

~

- Fiesta en casa de Ray - susurra Gerard en mi oído, cogiéndome por la cintura. Le sonrío cuando quedo mirándolo a los ojos y niego.

- Ya no voy a más fiestas con vosotros - digo, dando por finalizada la conversación.

- ¿Por qué? - pregunta, riendo.

- La última vez, os tuve que llevar a todos a vuestras casas, indicándole las direcciones al taxista, porque ibais borrachos como cubas - explico, arqueando una ceja.

- ¡Era fiesta en casa de Frank! ¿Sabes cada cuánto pasa eso?

- Sí, una vez cada dos milenios. Lo dijiste como cuarenta veces la misma noche.

Pasa un brazo por mis hombros y nos acercamos riendo a la mesa donde están todos en la biblioteca. Al entrar hablamos en susurros, y me acerco a Jade para abrazarla. Me siento y abro mis libros, dispuesta a estudiar algo, claramente, si alguno me deja hacerlo, porque no hacen más que tirar bolas de papel, y dudo que estén aquí para estudiar. 

Veo que mi hermana se levanta con una sonrisa de tonta en la cara, y creo que ha ido con Harry, hasta que le veo a mi izquierda, pasando los apuntes de filosofía a limpio.

- ¿Y Jade? - le susurro.

- Se habrá ido con su nuevo novio - contesta, seco.

Me quedo desconcertada y no sé a qué se refiere. ¿Su nuevo novio? ¿Qué quiere decir Harry con eso? Veo que los demás siguen tirando bolas y gomitas, y no se han dado cuenta de la ausencia de mi hermana. Pero yo sí, y eso es suficiente. 

Me levanto de la mesa y Gerard me mira. Le digo por señas que vuelvo enseguida y asiente, y yo suspiro. No sé en qué dirección ha ido Jade, ni dónde ha podido ir, porque la biblioteca es bastante grande. Entonces camino a la sección de Literatura Clásica y escucho una risita muy, pero que muy característica de ella. Frunzo el ceño y me acerco tanto como puedo sin hacer ruido. 

Veo a Jade entre los libros, hablando con alguien. Intento apartar un par de tomos, para ver mejor, y veo que está con un chico, pero está de espaldas, y no lo reconozco. ¿Quién puede ser? ¿Por qué no me ha dicho nada, si es su nuevo novio, como Harry dice?

Sigo mirando y veo que se besan. ¡La santa madre! ¿Quién narices es ese chico? Lo tomo como misión prioritaria y doy un rodeo por otras secciones hasta llegar detrás de ellos, y bum. Ya no están. Maldigo por lo bajo y saludo a la bibliotecaria, que me mira por encima de sus gafas de media luna, intrigada.

Vuelvo a la mesa y veo que Jade está sentada ahí, sin que hubiese pasado nada. Miro a la salida de la biblioteca y veo quién sale feliz y sonriente.

Alex.

3 comentarios:

  1. Muuuuuuuuy bueno , me encanta como escribes

    ResponderEliminar
  2. Opino lo mismo muy buen capítulo

    ResponderEliminar
  3. Nueva lectora por aquí. Escribes asombroso, síguela.

    ResponderEliminar